La gran invocación

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La Gran Invocación (LGI) no pertenece a religión, sector o grupo alguno.

Es propiedad de toda la Humanidad

¿Qué es La Gran Invocación?

La Gran Invocación es una plegaria mundial traducida a más de 75 idiomas y dialectos.

Es un instrumento de poder para ayudar a que tenga plena expresión el Plan de Dios en la Tierra.

La belleza y la fuerza de esta Invocación reside en su sencillez y en que expresa ciertas verdades esenciales, que todos los hombres aceptan innata y normalmente:

La verdad de la existencia de una inteligencia básica a la que vagamente damos el nombre de Dios.

La verdad de que detrás de todas las apariencias externas, el Amor, es el poder motivador del Universo.

La verdad de que vino a la Tierra una gran Individualidad, llamada Cristo por los cristianos, que encarnó ese amor para que pudiéramos comprenderlo.

La verdad de que el amor y la inteligencia son ambos efectos de la Voluntad de Dios.

Y finalmente la verdad eminente de que el Plan divino sólo puede desarrollarse a través de la humanidad misma.

Por medio de la meditación, la plegaria y la invocación, las divinas energías pueden ser liberadas y llevadas a la actividad. Los hombres y mujeres de buena voluntad de muchos credos y naciones pueden unirse en un servicio mundial trayendo valor y fuerzas espirituales a un mundo atribulado. Tienen el poder de afectar los acontecimientos mundiales a través de la invocación enfocada y unida. El conocimiento de este hecho, científicamente aplicado, puede ser uno de los grandes factores liberadores de la humanidad.

Nadie puede emplear esta invocación o plegaria para evocar iluminación y amor sin causar poderosos cambios en su propia vida, actitudes y propósitos. "Como un hombre piensa en su corazón así es él".

¿Quisiera usted emplear esta Invocación en forma reflexiva y dedicada?

El efecto de la Invocación y la plegaria individual en la demanda de luz y amor, se acrecienta inconmesurablemente cuando existe un reconocimiento consciente y una relación mental diaria con quienes pronuncian la Invocación cuantas veces deseen en el momento oportuno. El vínculo establecido cada día a través de esta invocación mundial formará un triángulo iluminado. La unión de la fuerza conjunta de individuos y grupos enfoca la potencia de esta plegaria de tal modo que erige alrededor del globo terráqueo una red de luz y amor que ayudará a detener las fuerzas del mal que invaden el planeta.

El orígen de La Gran Invocación

La humanidad se encuentra hoy en un peculiar y excepcional punto medio entre un pasado desventurado y un futuro lleno de promesas, siempre que se reconozca la reaparición de Cristo y se lleve a cabo la preparación para Su venida. El presente está lleno de promesas y también de dificultades; actualmente y en el presente inmediato la humanidad tiene en sus manos el destino del mundo - o si puede expresarse así, con toda reverencia- la actividad inmediata de Cristo.

La agonía de la guerra y la angustia de todo el género humano condujo a Cristo en 1945 a tomar una gran decisión, manifestada en dos declaraciones muy importantes. Anuncio a la Jerarquía espiritual y a todos Sus servidores y discípulos en la tierra, Su decisión de emerger nuevamente, estableciendo contacto físico con la humanidad, si llevaba a cabo las etapas iniciales para el establecimiento de rectas relaciones humanas.

Luego dio al mundo (para ser recitadas por el hombre común) una de las más antiguas plegarias conocidas, pero hasta ahora sólo se la ha permitido utilizar a los Seres más excelsos. Se dice qué Él Mismo la utilizó por primera vez en 1945 durante la Luna llena de Junio, reconocida como la Luna llena de Cristo, así como la Luna llena de Mayo, el Festival de Wesak, es la del Buda. No fue fácil traducir estas frases antiguas (tan antiguas que no tienen fecha ni antecedente alguno) en palabras modernas, pero ello se ha hecho, y la Gran Invocación puede eventualmente ser una plegaria mundial.

Solamente unos pocos, muy pocos emplearon el Padre Nuestro en los primeros días del cristianismo, porque era necesario registrarlo y expresarlo en términos comprensibles, y traducirlo adecuadamente antes de ser utilizado ampliamente. Este esfuerzo llevó siglos. Tenemos hoy todos los medios para una rápida distribución, y han sido empleados para divulgar esta Gran Invocación.

Es decir que el origen de La Gran Invocación es decididamente jerárquico, proviene desde la Jerarquía Espiritual Planetaria o de ese conjunto de Maestros de Compasión y Sabiduría, de los cuales el Instructor del Mundo es uno de sus Guías fundamentales (llamado Cristo por los cristianos y con otros nombres en diferentes tradiciones religiosas y filosóficas de nuestro Mundo Moderno.

Su uso y significado

La belleza y la fuerza de esta Invocación reside en su sencillez y en que expresa ciertas verdades esenciales, que todos los hombres aceptan innata y normalmente, como son la verdad de la existencia de una Inteligencia básica a la que vagamente damos el nombre de Dios; la verdad de que, detrás de todas las apariencias externas, el Amor es el poder motivador del Universo; la verdad de que vino a la Tierra una gran Individualidad - llamada Cristo por los cristianos - que encarnó ese amor para que pudiéramos comprenderlo; la verdad de que el amor y la inteligencia son, ambos, efectos de la Voluntad de Dios; y finalmente, la verdad evidente de que el Plan divino sólo puede desarrollarse a través de la humanidad misma.

Esta invocación no es propiedad de ningún individuo o grupo en especial. Pertenece a toda la humanidad. Empleándola o estimulando a otros para que la reciten, no se favorece a ningún grupo ni organización determinada.

Toda la Invocación se refiere a ese inminente, influyente y revelador depósito de energía, causa inmediata de todos los acontecimientos sobre la Tierra, que indican el nacimiento de algo nuevo y mejor; estos acontecimientos demuestran el avance de la conciencia humana hacia una mayor luz.

Desde el punto de Luz en la Mente de Dios
Que afluya luz a las mentes de los hombres
Que la Luz descienda a la Tierra.

Las tres primeras líneas se refieren a la Mente de Dios como punto focal para obtener luz divina. Esto concierne al alma de todas las cosas. El término alma - con su máximo atributo de iluminación - incluye al alma humana y a ese punto culminante que consideramos como el alma "influyente" de la humanidad, que aporta luz y difunde la iluminación. Es necesario tener presente, siempre, que la luz es energía activa.

Cuando invocamos a la Mente de Dios y decimos "Que afluya luz a las mentes de los hombres, que la Luz descienda a la Tierra", estamos expresando una de las mas grandes necesidades de la humanidad y, si la invocación y la plegaria encierran algún significado, la respuesta vendrá con toda seguridad y certeza. Cuando los pueblos sienten la necesidad - en todo momento, en todas las circunstancias y en todas las épocas - de implorar a un Centro espiritual invisible, podemos tener la plena seguridad de que dicho centro existe. La invocación es tan antigua como la humanidad misma.

Cristo dijo que los hombres "prefieren la oscuridad a la luz, porque sus obras son malas". Sin embargo, la gran belleza que emerge, actualmente, reside en que la luz llega a todo lugar oscuro, y nada de lo que está oculto quedará sin revelar. Los pueblos reconocen la oscuridad y la miseria actuales, y por consiguiente da la bienvenida a la luz. Una de las mayores necesidades actuales consiste en iluminar las mentes humanas a fin de que vean las cosas tal cual son y comprendan los móviles correctos y la forma de establecer correctas relaciones humanas. En la luz que trae consigo la iluminación, veremos finalmente la luz, y llegará el día en que miles de hijos de los hombres e innumerables grupos podrán decir con Hermes y con Cristo: "Yo soy (o somos) la luz del mundo".

Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios
Que afluya amor a los corazones de los hombres
Que Cristo retorne a la Tierra.

Las tres líneas de la segunda estrofa conciernen al Corazón de Dios y se refieren al punto focal de amor, el "corazón" del mundo manifestado en la Jerarquía espiritual -- esa gran inteligencia que transmite amor a todas las formas de la manifestación divina.

El Amor es una energía que debe llegar a los corazones de los hombres y fecundar a la humanidad con la cualidad de la comprensión amorosa; cuando el amor y la inteligencia se unen, se dice que expresan eso.

Cuando los discípulos estén activos y sean reconocidos por Cristo, llegará el momento en que nuevamente Él podrá caminar abiertamente entre los hombres; podrá ser reconocido públicamente y realizar, así, su tarea en los niveles externos e internos de la vida. Al despedirse de sus discípulos, Cristo les dijo: "Estaré siempre con vosotros, hasta el fin de los tiempos".

Cuando Cristo venga, florecerá activamente la conciencia crística entre los hombres. Derramará, en el mundo de los hombres, la fuerza y la energía características del amor intuitivo. Los resultados de la distribución de esta energía de amor será doble:

En primer lugar, la energía activa de la comprensión amorosa movilizará una enorme reacción contra la fuerza del odio. El odio, la separatividad y la exclusión serán considerados como el único pecado, pues se reconocerá que los denominados pecados se derivan del odio o de su consecuencia, la conciencia antisocial.

En segundo lugar, innumerables hombres y mujeres de todos los países, se unirán en grupos para promover la buena voluntad y establecer correctas relaciones humanas. Su número será tan grande que, de una minoría pequeña y relativamente poco importante, se transformará en la fuerza mas grande y de mayor influencia del mundo.

Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida
Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres
El Propósito que los Maestros conocen y sirven.

En las tres líneas de la tercera estrofa tenemos una plegaria para que la voluntad humana pueda estar de acuerdo con la voluntad divina, aunque no sea comprendida. Estas tres líneas indican que la humanidad por sí misma no puede captar, todavía, el propósito divino, ese aspecto de la voluntad de Dios que busca inmediata expresión en la tierra. Debido a que el propósito de la Voluntad de Dios trata de ejercer influencia sobre la voluntad humana, indudablemente se expresa en términos humanos como buena voluntad, viva determinación o firme intención de establecer correctas relaciones humanas.

La voluntad divina, tal como es en su esencia, sigue siendo el gran misterio. Incluso el propio Cristo hubo de enfrentarse a la prueba de la voluntad divina, y se dirigió al Padre en el preciso momento que comprendió, por primera vez, la extensión y la complejidad de su misión como Salvador del mundo. Entonces exclamó: "Padre, hágase no mi voluntad, sino la tuya". Estas palabras significaron el abandono de los medios por los cuales trataba de salvar a la humanidad, y le indicaron lo que podía parecer en esos momentos un aparente fracaso y que su misión no fuera cumplida. Cristo ha esperado casi dos mil años para llevar esa misión a su cumplimiento, pues sin la acción recíproca de la humanidad, no puede proseguir esa misión que le fue asignada.

Esta invocación es, esencialmente, el propio Mantram de Cristo, cuyo "sonido se ha difundido" por todo el mundo al ser pronunciado por Él y ser utilizado por la Jerarquía espiritual. Ahora, las palabras de la Invocación deben propagarse por todo el mundo, al recitarlas todos los hombres, y su significado debe ser expresado por la mayoría de la gente, a su debido tiempo. Entonces, Cristo podrá "descender a la Tierra" nuevamente y "ver los anhelos de Su Alma y quedar satisfecho".

Desde el centro que llamamos la raza de los hombres
Que se realice el Plan de Amor y de Luz
Y selle la puerta donde se halla el mal.

En las tres líneas de la cuarta estrofa se invocan los tres aspectos o las tres potencias de la Mente, del Amor y de la Voluntad, indicando que todos estos poderes se han afianzado en la propia humanidad, en "el centro que llamamos la raza de los hombres". Sólo en él pueden expresarse, en tiempo y espacio, las tres cualidades divinas y pueden hallar su realización; sólo en él puede nacer verdaderamente el amor, actuar correctamente la inteligencia, y demostrar, la Voluntad de Dios, su voluntad real hacia el bien. Por medio de la humanidad, sola y sin ayuda (excepto la que brinda el espíritu divino en cada ser humano), puede ser sellada "la puerta donde se halla el mal".

La última línea de la cuarta estrofa quizás necesite una explicación. Es una manera simbólica de expresar la idea de hacer inactivos e ineficaces los malos propósitos. No existe un lugar especial donde reside el mal; el Libro de Revelaciones del Nuevo Testamento habla del mal, de la destrucción del demonio y de hacer impotente a Satanás.

La humanidad mantiene abierta "la puerta donde se halla el mal" por sus deseos egoístas, su odio y su separatividad, por su codicia y sus barreras raciales y nacionales, por sus bajas ambiciones personales y por su afición al poder y a la crueldad. A medida que la buena voluntad y la luz afluyan a las mentes y a los corazones de los hombres, las malas cualidades y las energías dirigidas que mantienen abierta la puerta del mal, cederán su lugar al anhelo de establecer correctas relaciones humanas, a la determinación de crear un mundo mejor y más pacífico y a la expresión mundial de la voluntad hacia el bien. A medida que estas cualidades sustituyan a aquellas otras viejas e indeseables, la puerta donde se halla el mal se cerrará, lenta y simbólicamente, por el simple peso de la opinión pública y por el verdadero deseo humano. Nada podrá evitarlo.

Así se restaurará el Plan original sobre la Tierra. Simultáneamente, ante la humanidad se abrirá la puerta al mundo de la realidad espiritual y se cerrará aquella donde se halla el mal. Así, mediante el "centro que llamamos la raza de los hombres", el Plan de Amor y de Luz se reestablecerá y asestará el golpe mortal al mal, al egoísmo y a la separatividad, sellándolos en la tumba de la muerte para siempre; así, también, se cumplirá el propósito del Creador de todas las cosas.

Que la Luz el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.

La última línea contiene la idea de la restauración - indicando, a la vez, la clave para el futuro - y que llegará el día en que la idea original de Dios y su intención inicial ya no se vean frustradas por el libre albedrío y la maldad de los humanos, por el puro materialismo y el simple egoísmo; entonces, debido a los cambios producidos en los corazones y en las metas de la humanidad, el propósito divino será cumplido.

Sugerencias para el Trabajo:
1. Reflexionar unos pocos minutos cada día sobre la Invocación, esforzándose por comprender su significado más profundo. Luego pronunciar la Gran Invocación con determinada intención y concentración. A medida que se realiza, visualizar la Luz, el Amor y la Voluntad al Bien, penetrando en los corazones y las mentes de las personas de todo el mundo.

2. Si desea actuar como una unidad de triángulo, pida a dos amigos que se unan mentalmente con usted. Cuando pronuncie la Gran Invocación únase a ellos y visualice el triángulo vinculado a la red que forman todos aquellos que están dedicados a este servicio mundial.

Día mundial de La gran invocación

Cada año, desde 1952, personas de todas partes del mundo han celebrado el Día Mundial de Invocación en el día de la luna llena de Géminis. Es un día global de plegaria y meditación en el que personas de diferentes senderos espirituales se unen en una súplica universal a la divinidad entonando La Gran Invocación.

El Día Mundial de Invocación es un día de plegaria en el que, mediante el empleo de La Gran Invocación, se unen los hombres y mujeres de cualquier sendero espiritual en un llamamiento universal a la divinidad. Juntos actúan como un foco unido para la demanda invocativa de la humanidad por luz, amor y la dirección espiritual necesarias para la construcción de un mundo de justicia, unidad y paz.

Al comenzar el nuevo milenio, nos enfrentamos con la realidad de que los valores materialistas han conducido a la raza humana a un estado de profunda crisis. Nuestra misma supervivencia se encuentra amenazada, no sólo por la carrera armamentista, sino por nuestra propia falta de sabiduría y voluntad para alimentar al hambriento, compartir nuestros abundantes recursos, y resolver una multitud de otros problemas críticos que confrontan hoy a la familia humana.

Y sin embargo la solución existe. Una de las grandes ideas intuidas en nuestro tiempo es la de la interdependencia e interrelación de toda vida que tiene su existencia sobre la Tierra. Millones de personas comparten hoy la convicción de la unidad espiritual interna de la familia humana, la cual trasciende cualquier diferencia externa de raza, nación o credo. Al manifestar esta convicción en sus vidas, los hombres y mujeres de buena voluntad de todo el mundo se convierten en actores sociales de un proceso de transformación planetaria. Emerge una nueva civilización que engloba a todos, y se funda en el reconocimiento de nuestra compartida humanidad, y en las correctas relaciones humanas.

Los problemas mundiales son creación de la humanidad, y a la humanidad le corresponde solucionarlos. Pero la esencia de la vida espiritual reside en saber que no estamos solos. Las energías de la divinidad están abundantemente disponibles, y es en el Día Mundial de Invocación que surge el llamado para la liberación de esas energías que le darán a la humanidad los instrumentos para crear la nueva civilización.

La reaparición del Instructor del Mundo es hoy esperada por millones de personas, quienes perteneciendo a diferentes credos esperan al Avatar bajo nombres tales como el Cristo, el Señor Maitreya, el Kalki Avatar, el Mesías, el Imam Mahdi y el Bodisatva.

El empleo de La Gran Invocación es una de las herramientas más poderosas en la preparación de la conciencia humana para la reaparición de este Instructor Mundial.

El empleo de La Gran Invocación constituye un servicio mundial, ya que responde directamente a la necesidad planetaria actual. Necesitamos luz para iluminar el camino que se extiende hacia delante, y para revelar la visión de una nueva civilización; necesitamos amor para gobernar las relaciones entre los pueblos y poner fin al reinado del odio y del separatismo; necesitamos el poder de la voluntad al bien para que esté presente en las elecciones y toma de decisiones humanas.

La utilización masiva de La Gran Invocación en el Día Mundial de Invocación reúne en sí una profunda significación espiritual, ya que construye un canal a través del cual la luz, el amor y el poder pueden alcanzar e irradiar los corazones y las mentes de las personas de todo el planeta.

La mayoría de los festivales de las principales religiones del mundo se celebran en consonancia con el calendario lunar. La fecha del Día Mundial de Invocación se determina de la misma manera. Se observa dos meses después del Festival Cristiano de Pascua y un mes después del festival Budista de Wesak.

El Día Mundial de Invocación es construido cada año con el aporte de muchos grupos y organizaciones esparcidos por todo el mundo: Buena Voluntad Mundial, Unidades de Servicio, Grupos Universalistas y de Buena Voluntad, Grupos de Servicio Social y ONG's, Grupos filosóficos, éticos y religiosos, esoteristas, meditadores, metafísicos, reikistas, practicantes de yoga, etc, etc, etc.


 


 

 

 

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