¿Puedo decirte la verdad, oh Brahmán? No te ofendas,
pero los ídolos de tu templo han envejecido;
tus ídolos te enseñaron a estar en pugna con tu propio pueblo,
nuestro Dios también enseñó al predicador a odiar y pelear.

Desesperado, volví al fin mi rostro del templo y la mezquita,
y ya no escucho los sermones del predicador
o tus cuentos de hada, oh Brahmán
que concebiste la presencia de Dios en imágenes de piedra;
para mí cada partícula de polvo de mi país es
una deidad.

Hace tiempo que la morada de nuestros corazones
ha sido devastada.
Ven, construyamos en este suelo un nuevo templo;
hagámoslo más alto que todos los altares de la tierra,
con una torre alzándose a los cielos.
Levantémonos cada mañana y cantemos cantos tan dulces
que todos los creyentes se embriaguen de amor:
allí está el poder, y allí está la paz,
en los himnos de los devotos,
y la salvación de los moradores de la tierra
está en el amor.

 

Oración

| No Comments | No TrackBacks

Esta oración fue hecha en Kansas

en la sesión inaugural de "Kansas House of Representatives"

el 26 de Enero de 1996.

 

Cuando se le pidió al pastor Joe Wright

que hiciera la oración de apertura en el senado de Kansas,

todo el mundo esperaba una oración ordinaria,

pero aquí está lo que ellos escucharon:

 

 

Señor, venimos delante de Ti este día,

para pedirte perdón y para pedir tu dirección.

Sabemos que tu Palabra dice:

"Maldición a aquéllos que llaman bien a lo que está mal"

y es exactamente lo que hemos hecho.

Hemos perdido el equilibrio espiritual

y hemos cambiado nuestros valores.

Hemos explotado al pobre

y hemos llamado a eso "la lotería".

Hemos recompensado la pereza

y la hemos llamado "ayuda social".

Hemos matado a nuestros hijos que aún no han nacido

y lo hemos llamado "la libre elección".

Hemos abatido a nuestros condenados

y lo hemos llamado "la justicia".

Hemos sido negligentes al disciplinar a nuestros hijos

y lo hemos llamado "desarrollar su estima personal".

Hemos abusado del poder

y hemos llamado a eso: "la política".

Hemos codiciado los bienes de nuestro vecino

y a eso lo hemos llamado "tener ambición".

Hemos contaminado las ondas de radio y televisión

con mucha grosería y pornografía

y lo hemos llamado "libertad de expresión".

Hemos ridiculizado los valores establecidos

desde hace mucho tiempo por nuestros ancestros,

y a esto lo hemos llamado "lo caduco y pasado".

Oh, Dios, mira en lo profundo de nuestros corazones;

purifícanos y líbranos de nuestros pecados.

 

Amén.

 

 

La reacción fue inmediata.

Un parlamentario abandonó la sala durante la oración.

Tres más criticaron la oración del pastor

calificándola como "un mensaje de intolerancia".

 

Durante las seis semanas siguientes,

la iglesia "Central Christian Church", donde trabaja el pastor Wright,

recibió más de 5000 llamadas telefónicas,

de las cuales sólo 47 fueron desfavorables.

 

Esta iglesia recibe ahora peticiones del mundo entero,

la India, África, Asia, para que el pastor Wright ore por ellos.

 

El comentarista Paul Harvey difundió esta oración

en su emisión de radio "The rest of the story"

(el resto de la historia), y ha recibido una acogida

mucho más favorable por esta emisión, que por cualquier otra.

 

Con la ayuda de Dios, quisiéramos que esta oración

se derrame sobre nuestra nación

y que nazca en nuestros corazones el deseo

de llegar a ser una "nación bajo la mirada de Dios".

 

Si no tenemos el valor de mantenernos firmes

en nuestras convicciones, entonces caeremos

delante de cualquier otro argumento o enemigo.

 

 

 

A Edgar Valdés

 

 

Escribir para los de abajo,
para los pobres de la tierra,
es hacer que la lluvia caiga
en calcinadas sementeras,
como aromar una vasija
resquebrajada por la seca,
prender a un árbol antiguo
nuevos ramajes con que crezca,
a las corolas que se mustian
olor que las tornen enhiestas;
abrir el cauce a una surgente
en un lugar lleno de piedras.

Escribir para los de abajo,
para los pobres de la tierra,
es como dar vuelta una lágrima
y hallarle una sonrisa plena,
apartar los velos nocturnos
y adivinarles día de fiesta,
ir asustando a las perdices
esperando que nos sorprendan,
rasgar una roja guitarra
y verle el corazón que lleva,
arrebatarle la blancura
al jazmín mientras no florezca.

Escribir para los de abajo,
para los pobres de la tierra,
es como conversar con pájaros
a los que damos miga tierna,
es dar agua de coco a un niño
con sed de sorber su esencia,
como descubrirle el reverso
de las estrellas que contempla,
colgar potes de mieles claras
a la vista de su apetencia,
y amontonarle azul rocío
alrededor cuando despierta.

Escribir para los de abajo,
para los pobres de la tierra,
es ir a regar en rozados,
y a florecer sobre la arena,
es extender al aire libre
las manos y tomar la fuerza
de dos vientos que se fecundan
como dos semillas inmensas,
recibir los soplos que traen,
recoger las magias que llevan,
acercarse a la piel del alba
y recordarle que amanezca.

Escribir para los de abajo,
para los pobres de la tierra,
es entregarles un mensaje,
decirles que no se doblega
el hombre entre cosas oscuras
heredadas de su pobreza,
que desde su fondo resurgen
las sembraduras de la tierra,
modelarles una fe firme,
cuanto se sabe y se confiesa,
¡es afilar la línea dura
con que se rompe las cadenas!

Escribir para los de abajo,
para los pobres de la tierra.

 

de "Los innombrables" (1970)

boina tejida

| No Comments | No TrackBacks
Silv.jpg

Prueba

| No Comments | No TrackBacks

"Prueba algo que no hayas probado antes y hazlo por lo menos tres veces: una para sobreponerte al miedo, otra para averiguar cómo hacerlo y la tercera para ver si te gusta o no."

No te rías de un colla que bajó del cerro,
que dejó sus cabras, sus ovejas tiernas,
sus habales yertos;
no te rías de un colla, si lo ves callado,
si lo ves zopenco, si lo ves dormido.

No te rías de un colla, si al cruzar la calle
lo ves correteando igual que una llama, igual que un guanaco,
asustao el runa como asno bien chúcaro,
poncho con sombrero, debajo del brazo.

No sobres al colla, si un día de sol
lo ves abrigado con ropa de lana, transpirando entero;
ten presente, amigo, que él vino del cerro, donde hay mucho frío,
donde el viento helado rajeteó sus manos y partió su callo.

No te rías de un colla, si lo ves comiendo
su mote cocido, su carne de avío,
allá, en una plaza, sobre una vereda, o cerca del río;
menos si lo ves coquiando por su Pachamama.

Él bajó del cerro a vender sus cueros,
a vender su lana, a comprar azúcar, a llevar su harina;
y es tan precavido, que trajo su plata,
y hasta su comida, y no te pide nada.

No te rías de un colla que está en la frontera
pa'l lao de La Quiaca o allá en las alturas del Abra del Zenta;
ten presente, amigo, que él será el primero en parar las patas
cuando alguien se atreva a violar
la Patria.

No
te burles de un colla, que si vas pa'l cerro,
te abrirá las puertas de su triste casa,
tomarás su chicha, te dará su poncho, y junto a sus guaguas,
comerás un tulpo y a cambio de nada.

No te rías de un colla que busca el silencio,
que en medio de lajas cultiva sus habas
y allá, en las alturas, en donde no hay nada,
¡así sobrevive con su Pachamama!

 

Salmo 23

| No Comments | No TrackBacks

El Señor es mi pastor; 

nada me faltará.

En lugares de delicados pastos me hará descansar. 

Junto a aguas de reposo me pastoreará,

confortará mi alma.

 Me guiará por sendas de justicia por amor de Su nombre.

 Aunque ande en valle de sombra de muerte,

no temeré mal alguno, porque Tú estarás conmigo.

Aderezas mesa delante de mí

en presencia de mis angustiadores.

Unges mi cabeza con aceite.

Mi copa está rebozando.

Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán

todos los días de mi vida.

Y en la casa del Señor moraré por largos días.

El Águila Dorada

| No Comments | No TrackBacks

Ni un paso atrás,

ni siquiera para tomar impulso.

El camino

| No Comments | No TrackBacks

Versión Original, del reverendo Martin Niemöller

"Cuando los nazis apresaron a los socialistas, no dije nada, porque yo no era socialista.
Cuando encarcelaron a los sindicalistas, no dije nada, porque tampoco era sindicalista.
Cuando se llevaron a los judíos,
no protesté, porque yo no era judío.

Cuando al fin vinieron por mí,

no había ya nadie que pudiera protestar."

Versión recitada por una actriz judía-argentina, en los días de la explosión de la AMIA.

"Primero se llevaron a los negros,
pero a mi no me importó porque yo no lo era.
Enseguida se llevaron a los judíos,
pero a mi no me importó porque yo no lo era.
Después detuvieron a los curas,
pero como yo no soy religioso,
tampoco me importó.
Luego apresaron a los homosexuales,
pero como yo no era homosexual,
tampoco me importó.
Ahora me llevan a mi,
pero ya es tarde".

Solo por hoy

| No Comments | No TrackBacks

1.

Solo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez.

2.

Solo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto: seré cortés en mis maneras, no criticaré a nadie y no pretenderé mejorar o disciplinar a nadie, sino a mi mismo.

3.

Solo por hoy seré feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no sólo en el otro mundo, sino en este también.

4.

Solo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten todas a mis deseos.

5.

Solo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura; recordando que, como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la buena lectura es necesaria para la vida del alma.

6.

Solo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie.

7.

Solo por hoy haré por lo menos una cosa que no deseo hacer; y si me sintiera ofendido en mis sentimientos procuraré que nadie se entere.

8.

Solo por hoy me haré un programa detallado. Quizá no lo cumpliré cabalmente, pero lo redactaré. Y me guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión.

9.

Solo por hoy creeré firmemente aunque las circunstancias demuestren lo contrario que la buena providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie existiera en el mundo.

10.

Solo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo de gozar de lo que es bello y de creer en la bondad.

Juan XXIII