Cuando era niño, sabía dar;
desde que me he convertido en civilizado
he olvidado este don.
Seguía un modo de vida natural
mientras que hoy, es artificial.
Cualquier piedra bonita tenía un valor a mis ojos;
cada árbol que crecía era digno de respeto.
Ahora, me inclino junto con el hombre blanco
ante la pintura de un paisaje cuyo valor
se estima en dólares.
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